Artroscopia de Hombro
La artroscopia de hombro es una técnica mínimamente invasiva que permite acceder y tratar muchas lesiones y enfermedades de las diversas estructuras que componen dicha articulación. Se accede a la articulación mediante 2 o 3 pequeñas incisiones de tamaño inferior a un centímetro.
La artroscopia se ha convertido en la técnica de elección para la patología de hombro, ya que es posible abordar las estructuras del hombro de difícil acceso, permitiendo una visión completa desde el interior.
La artroscopia permite el abordaje de la lesión con mínima invasión en la articulación
¿Por qué se realiza?
La artroscopia de hombro permite tratar problemas de hombro que aparecen en pacientes con dolor en el hombro o limitación en el movimiento y que no ha presentado mejoría con el tratamiento médico y fisioterápico. Para este tipo de lesiones antes se requería de cirugías mucho más complejas, con periodos de recuperación más largos. En concreto, la artroscopia de hombro se emplea para 4 grupos de patologías:
- Síndrome subacromial
- Rotura del manguito rotador
- Inestabilidad del hombro y luxación de hombro
- Lesiones traumáticas: fracturas glenoideas, luxación acromio-clavicular y lesiones de partes blandas
¿En qué consiste?
La artroscopia de hombro se realiza con el paciente en quirófano, en posición semisentada o de lado, con un dispositivo de tracción-sujección del brazo que se intervendrá. A través de un portal posterior de visión el especialista introduce el artroscopio en la articulación gleno-humeral y, a continuación, hace un portal anterior para inspeccionar la articulación. Posteriormente visualizará el especio subacromial donde se encuentra la bursa, el manguito de los rotadores y el acromion, que son las estructuras anatómicas donde se ubica la patología subacromial. Una vez terminada la cirugía el especialista suturará los portales, colocará un vendaje que comprima y un cabestrillo.
Se aplicará anestesia locorregional a nivel del plexo braquial para dormir los nervios que van al brazo, además de una sedación. De esta manera el postoperatorio será más cómodo y con menos dolor que la cirugía convencional de hombro. La cirugía en sí dura entre 30 y 90 minutos, según la lesión y la patología a intervenir por el especialista en Traumatología.
Normalmente, tras la intervención, el paciente pasará una noche en el hospital, y será dado de alta al día siguiente, con las recomendaciones que debe seguir.